PAÑUELO QUE VAYAS LLORANDO
Pañuelo que vayas llorando,
pañuelo que me irás guardando.
Para mi vuelta,
guárdame todos tus pañuelos llorados;
guárdame todas tus esperas
y todos tus llantos.
El llanto de creerme muerto,
el de creer que te olvidé,
el del día del correo sin carta,
y de gozar la carta nueva,
y el de llorar por llorar.
Cien pañuelos, mil pañuelos,
mil nubes de mil noches en tu ventana sin cerrar.
Pañuelo que vayas llorando,
pañuelo que me irás guardando.
El día de mi vuelta
los coseremos en una cuerda y la izaremos en el patio
y acudirán a rodearla
todas las palomas blancas de los tejados.
Allí florecerán el día azul
y al bajarlos, trataremos de equivocarnos
y arriaremos una paloma o un pañuelo,
cualquier cosa blanca para las manos.
Pañuelo que vayas llorando,
pañuelo que me irás guardando.
Un día bautizarás a tu niño
con la sal de tus ojos en tus labios.
Pañuelo que vayas llorando,
Pañuelo que me irás guardando.
Andrés Eloy Blanco