EL DULCE SABOR DE LA MUERTE
La luz escapaba rauda de las sombras,
voraces, hambrientas,
buscaban un resquicio de vida en mi cabeza
para acabar con ella (...)
La muerte recorría mis venas
y yo me sentía más vivaq eu nunca.
La noche nublaba mi vista,
pero espíritus de los vivos en muerte
quiaban mi camino...
Y sólo quería gritar,
gritar hasta que mi alma desgarrada se quedase tranquila,
gritar tan alto que todo el mundo escuchara mi lamento,
gritar hasta quedarme muda,
hasta sentir la muerte en mi voz...
Sólo entonces me quedaría tranquila (...)
La vida me abandonaba totalmente,
mantenía los ojos abiertos por no cerrarlos etérnamente,
el corazón seguía latiendo aunque no lo sentía,
la sangre parecía seguir su curso por mis venas,
pero no la sentía...
¡Era tan dulce el lento sabor de la muerte...!
Diana Maiden