QUE SEA CIENES Y CIENES DE VECES
Cien años son ya,
la arena de la playa sigue en la plaza
y por más que se empeñen habrá que limpiarla.
Alberti, tu lujoso Puerto de Santa María
ya no brilla, como cuando paseabas
con tu melena cana, plata, al rumor de los vientos
de nuestra Andalucía.
Hoy desde Córdoba, mis ojos se hunden
en un pozo sin fin,
pero de él salen llamas,
que me recuerdan marineros en tierra,
a ángeles y amores, buen viaje marinero,
“y a galopar, a galopar, hasta enterrarlos en la mar”.
Felipe Evaristo Gómez Pescador