SILENCIO Y PAZ
Yo contemplaba el silencio paseando en la floresta.
Andaba lleno de pausas y apretado de sonrisas,
cantando sus serenatas a la luna y las estrellas,
que parecían dormidas.
Transportaba entre sus alas temblorosas
una mojada caricia
y una corona de rosas
despertadas por la brisa.
Y, en su regazo alargado,
ritmos de paz traía
como gorjeos de pájaros
que de la altura caían.
Dardos de luz como espadas
el sol ardiente emitía
y hasta el silencio adornaban,
en toda la lejanía.
Yo le escuchaba cantar en toda la inmensidad
y sus cánticos lucían,
trayendo al mundo la paz
que a todos nos sonreía.
Zacarías Palacios