VIEJO PUEBLO
A Emile Martínez
Nada ha cambiado. Nada.
Los mismos perros tras el mismo dueño.
La frase olor a limpio ¿quién pudo sostenerla?
La fuente naufraga.
En casa ajena fijos el pato y su golpiza,
los niños y los pájaros, sumamente pálidos,
fracasan.
¿Quién borró la neblina en donde nos buscábamos a tientas?
Los sepulcros, hoy como ayer, contemplan lo suyo.
Nada ha cambiado. Nada,
viejo pueblo recluido entre líquenes y charcos.
1966-1989
Roberto Sosa