LOS PELDAÑOS QUE FALTAN
Nuestros hijos
ven
la ruina acumulada de las ciudades.
Tocan el velo extendido en las barriadas.
Meditan
en Ios choques que producen las caídas
de las golondrinas
que ya no distinguen Ios hilos telegráficos.
Se contemplan dentro del diario espejo sucio
que nadie advierte.
Aprenden con Ios moribundos
a contar Ios peldaños que faltan a la vida.
Y crecen sin asombro.
Roberto Sosa