AL SON DE CUALQUIER MÚSICA
Tendréis que pisar más y con más odio,
quebrarme de una vez el espinazo,
por todo cuanto tengo de serpiente,
por ser escalofrío en vuestros ojos.
Escalofrío en vuestra piel tan tibia
arropada de lana y dulces horas,
tendréis que darme más con piedra y palo
por ser colmillo y no algodón en rama.
No moriré tan pronto, el barro es mío
y me envuelve lo mismo que una madre.
Pisad con saña: siempre fui culebra,
seductor implacable, hijo del polvo.
No me perdonaréis. Tanto temisteis
insinuación de ser igual que dioses.
Tendréis que pisar más y con más odio;
con el horror de quien aplasta un símbolo.
Mas para una serpiente siempre existe
el misterioso hechizo de una flauta.
Rematad a esa cobra que en la arena,
ya rota por la náusea y el encono,
aún se levanta al son de cualquier música.
Salustiano Masó