TOCA, TOCA MUDEZ
No tengo de mi lado al lenguaje.
Flores que no van a parte alguna
sino a llenar el aire de la tarde
de excedencia
igual que esos villanos sin peso
ni carácter.
A veces reaparecen palabras
debajo de los muebles: huesos mondados
y sin color, como los sueños inofensivos.
Sentarse, entonces, a pelarlas, aún más.
Pelar palabras como quien espera hacer aceite
con toda la saliva estirada.
Tomás Sánchez Santiago